Cómo integrar las etapas graduales del lam-rim en la vida

Introducción a la estructura de los tres niveles graduales de motivación

“Lam-rim” es un término tibetano traducido a menudo como “camino gradual a la iluminación”, pero no tiene que ver con un camino por el cual caminamos. “Camino” aquí en realidad se refiere a un estado mental que actúa como un camino que nos lleva a algún lugar, en este caso, hasta la iluminación. Me gusta llamarlo “estado mental que es el camino “, ­y es lo que necesitamos desarrollar, en cierto orden gradual, con el fin de lograr la iluminación.

Tradicionalmente, el lam-rim se divide en tres niveles principales, los cuales se dividen a su vez en muchas otras subdivisiones. El lam-rim presenta estados mentales progresivamente expansivos, cada uno de los cuales engloba un esquema mental más grande. Cada nivel está representado por un tipo diferente de persona y cada una de estas personas tiene una cierta motivación en la vida. Tratamos de desarrollarnos de forma progresiva para convertirnos en aquellos tipos de personas con los esquemas mentales motivadores que son relevantes.

No estoy usando aquí la palabra “motivación” de forma simplista, porque en el budismo la discusión sobre la motivación tiene que ver con los esquemas mentales motivadores, que constan de dos partes. Una parte es la meta que tenemos en la vida. La otra parte es la que nosotros, los occidentales, normalmente consideramos “motivación”, la cual incluye el trasfondo emocional que nos conduce a dicha meta.

Cada uno de estos tres niveles del lam-rim se construye encima de otro y antes que otro, siendo así acumulativos. Esto significa que primero desarrollamos el primer nivel de motivación, después tenemos el primero y el segundo juntos. Cuando alcanzamos el segundo nivel no nos olvidamos simplemente del primer nivel. Finalmente, combinamos los tres. En verdad es crucial que nos desarrollemos mediante el cultivo de los tres niveles en su orden específico. Si nos saltamos uno, nos faltará ese estado mental deseado.

  • Con una motivación del nivel inicial, nuestro objetivo es mejorar los futuros renacimientos. La emoción motivadora es que sentimos determinación de evitar que suceda; de ninguna manera queremos tener peores renacimientos.
  • Con una motivación del nivel intermedio, nuestro objetivo es la liberación completa del renacimiento incontrolablemente recurrente. La emoción motivadora detrás de esto es que estamos totalmente aburridos de todo el sufrimiento que conlleva y ya tuvimos suficiente. Esto a menudo se traduce como “renuncia”, la determinación de estar libres de todo eso. Esto, naturalmente, implica la voluntad de abandonar realmente nuestro sufrimiento.
  • Con un nivel avanzado, motivado por el amor, la compasión y el anhelo de la bodichita, nuestra meta es la completa iluminación. Pensamos en todos los demás seres, cómo sufren y tienen problemas, igual que nosotros; por lo tanto, deseamos lograr la iluminación con el fin de ser totalmente capaces de ayudarlos también a superar sus sufrimientos.

Historia personal de cómo estudié el camino gradual del lam-rim

Para introducir este tema, lo relacionaré un poco con mi propia historia personal sobre cómo llegué a estudiar el lam-rim.

Me topé con este tema por primera vez en 1968 cuando estudiaba tibetano en la escuela de posgrado de la Universidad de Harvard. Como parte del curso, leímos unas cuantas páginas del largo texto del lam-rim de Tsongkapa, el Lam-rim chen-mo, “Gran presentación del camino gradual hacia la iluminación”, pero en aquel entonces no tenía idea de la envergadura total del material que ese texto cubre. Esto fue antes de que alguno de los textos sobre el camino gradual fuera traducido al inglés, incluso antes de que “Ornamento de Joya de la Liberación”, de Gampopa, fuera traducido. Por aquel entonces, todavía era un tema bastante desconocido.

En el año siguiente cumplí 24 años, y gracias a una beca Fullbright me fui a la India a investigar para mi tesis de doctorado, la cual inicialmente había planeado escribir sobre un tema muy avanzado de tantra. Aunque esto fue recomendado por mi profesor, pronto descubrí que intentarlo era una cosa absurda, y los maestros tibetanos en la India me sugirieron que, en lugar de eso, mejor estudiara el lam-rim. Decidí estudiar el lam-rim y lo estudié durante dieciocho meses, escribiendo mi tesis doctoral acerca de su tradición oral, ya que ni siquiera sabía que existían tantos textos escritos. Todo esto me lo explicó de forma oral Gueshe Ngawang Dhargyey, y por eso la llamé “tradición oral del lam-rim”.

Ese fue un tiempo realmente muy emocionante en la India, antes de que llegara la oleada de jipis. Carlos Castañeda escribía sus libros y, con esa misma sensibilidad, unos cuantos occidentales que vivíamos en la India con los tibetanos nos sentíamos en una aventura similar. Como Castañeda, estábamos descubriendo unas enseñanzas secretas, especiales y mágicas. ¡Realmente fue toda una aventura!

Estudié el lam-rim de una forma muy tradicional, lo que significa que se me presentaba un tema o punto dentro del lam-rim, sin tener idea de lo que iba a venir después. Tenía que enfocarme en cada punto individualmente tal como venía y digerirlo antes de obtener el siguiente fragmento. Se me dijo que cada tema era para estudiarse una y otra vez, y que cada vez que se regresaba al principio, se podía empezar a encajar lo aprendido en etapas posteriores. Cuanto más capaces somos de ensamblar toda la imagen, más claro y fácil resulta desarrollar realmente los estados mentales que se analizan.

Integrar las enseñanzas en un entramado y en nuestra vida

Con base en eso, empecé a desarrollar la idea de explicar las enseñanzas en términos de entramados, porque el lam-rim entero es un entramado en el sentido de que cada punto conecta con cualquier otro punto de las enseñanzas. El entramado que crea es, de hecho, extremadamente complejo, y cuantas más conexiones descubramos y hagamos, más profunda se volverá nuestra comprensión. Este tipo de entramado pertenece, no solamente al lam-rim, sino a todo en las enseñanzas del Buda, el Dharma.

El concepto de integración es otro aspecto que nos ayuda a entender este punto. Todas las enseñanzas y puntos se integran, pero necesitamos integrarlas nosotros mismos. Y no solamente integramos las enseñanzas entre ellas, sino que, de hecho, tenemos que integrarlas con todos los diferentes aspectos de nosotros y de nuestra vida. El concepto de entramado se aplica aquí otra vez, porque todos los puntos en el lam-rim necesitan conectarse con todos los diferentes aspectos de nuestra vida. Cuando hemos conseguido hacerlo, hemos realmente integrado el Dharma en nuestro interior.

Dharma “light

La necesidad de integrar el dharma en nuestra vida es especialmente relevante en términos de los tres niveles de motivación. Antes de que tengamos alguno de los tres niveles de motivación, nuestro enfoque inicial podría ser lo que yo llamo “Dharma light”, el cual contrasta con el “Dharma Auténtico”. Es exactamente como la Coca-Cola auténtica y la Coca-Cola light, porque el Dharma light es una versión de las enseñanzas del dharma que se entiende solo dentro del alcance de mejorar esta vida. Únicamente tratamos de mejorar un poco nuestra vida actual mediante el uso del dharma. El Dharma Auténtico es la práctica del dharma dentro del contexto de los tres niveles tradicionales.

Aprender y practicar el Dharma light se parece un poco a usar el budismo como una forma de terapia, y, de hecho, las enseñanzas del dharma pueden ser de mucha ayuda en este sentido. El Dharma light no tiene absolutamente nada de malo mientras no lo confundamos con el Dharma Auténtico, porque no abarca todo aquello de lo que el Dharma habla. Si somos honestos con nosotros mismos, la mayoría de nosotros probablemente estamos principalmente enfocados en el Dharma light. ¡Ciertamente, en mi juventud esa era mi bebida!

Versión Dharma light del lam-rim

Confiar en un maestro espiritual

¿Cuál es la versión Dharma light del lam-rim? Si observamos las enseñanzas, se dice que, primero, la raíz del camino es confiar en un maestro espiritual. En mi juventud, fui lo suficientemente afortunado como para tener un amigo espiritual que había recibido una formación tradicional en el Tíbet antes de 1959 y que después continuó su formación en el exilio; este señor era Gueshe Ngawang Dhargyey. Sin embargo, pasaron muchos años antes de que comprendiera el significado de la palabra “raíz”. Siempre había confundido su significado con “el principio”, especialmente porque ahí es donde empezamos el lam-rim.

Pero no es la imagen de “raíz” como en la “raíz” de una planta, porque una planta no crece de una raíz, crece de una semilla. La raíz es aquello de lo que una planta extrae los nutrientes y de la que puede crecer. Le proporciona estabilidad a la planta al afianzarla. De forma similar, el confiar adecuadamente en un maestro espiritual nos asienta para no caer en viajes raros y fantasiosos sobre el dharma. Los maestros también nos ayudan a tener un crecimiento recto para que no nos desviemos de las verdaderas enseñanzas, muy parecido a como la raíz ancla una planta para que el viento no se la lleve. Es del maestro espiritual de quien obtenemos la inspiración que nos proporciona la energía para ser capaces de crecer en el camino y, por supuesto, es de quien realmente recibimos las enseñanzas y explicaciones. Por supuesto que podemos aprender acerca del budismo en los libros, pero esos libros son escritos por maestros, solo algunos de los cuales son budistas, y menos aún son maestros realizados.

Cuando estudiaba en Harvard, el acercamiento al budismo tibetano fue como si se tratara de un tema muerto, como la religión del antiguo Egipto. Pero cuando fui a la India, conocí a grandes lamas tibetanos y empecé a estudiar con mi maestro, me di cuenta de que el dharma es algo verdadero, que el budismo sigue vivo y que tenemos increíbles ejemplos vivos de las enseñanzas. Aun así, la inspiración que recibí de mi maestro estaba al nivel del Dharma light, y eso me dio la base para tratar de practicar el dharma para mejorar esta vida.

Nivel inicial

El nivel inicial de las enseñanzas del lam-rim hablan primero sobre apreciar la preciosa vida humana que tenemos, con el consejo de observarnos. Por lo tanto, me examiné a mí mismo y me di cuenta de que era bastante afortunado por haber tenido, y todavía tener, tantas oportunidades para estudiar con grandes maestros. La atención entonces se vuelve hacia la muerte y la impermanencia, para que nos demos cuenta de que las oportunidades que tenemos no duran eternamente. Ciertamente podía sentirme identificado con esa enseñanza en ese momento, y deseaba profundamente usar mis habilidades. Era joven y tenía la fuerza, la inteligencia y todo eso con lo cual crecer. Podía sentirme identificado fácilmente.

Después las enseñanzas hablan sobre los estados inferiores de renacimiento, como los reinos infernales que podríamos tener en las vidas futuras. Aquí me aproximé al tema como un antropólogo estudiando folklore: “ah, es interesante que crean en esto”. Y pasé de página para seguir con algo que me resultara más relevante.

Después de esto tenemos las enseñanzas sobre el refugio, y con el tiempo me di cuenta de que el refugio no es una experiencia pasiva. En el budismo no existe la mentalidad de “¡sálvame! ¡Sálvame!”. En cambio, tenemos que darle una dirección segura a nuestra vida. Sabía que seguimos al Buda, al Dharma y a la Sangha, y aunque tenía una larga lista de sus cualidades, en verdad no sabía qué significaban todas. Sabía que era algo más que llevar un cordel rojo alrededor de mi cuello, pero no entendía las ramificaciones profundas. Aun así, tomé refugio en esa dirección.

Luego el lam-rim presenta las enseñanzas sobre el karma, lo cual es básicamente sobre el hecho de evitar un comportamiento destructivo. Aunque fue presentado en términos de evitar un comportamiento destructivo con el fin de evitar peores renacimientos en el futuro, ese no era un gancho comercial potente. Aun así, simplemente tenía sentido ser una buena persona. No lastimar a los demás, no actuar destructivamente y no actuar por ira, codicia, etc. Todo eso estaba bien y podía aceptarlo todo, porque también podía ver cómo me haría más feliz en esta vida. Era una versión perfecta del Dharma light del nivel inicial, y realmente pensaba que eso era exactamente de lo que hablaban las enseñanzas.

Nivel intermedio

Las enseñanzas del nivel intermedio empiezan con la descripción de los sufrimientos de los mejores estados de renacimiento, así como los sufrimientos generales del samsara. De nuevo, la parte sobre los reinos de los dioses parecía otra lección sobre antropología; sin embargo, las descripciones de los sufrimientos del samsara eran mucho más relevantes para mí en esa época. Detallaba cómo estamos siempre frustrados y cómo nunca podemos en realidad lograr lo que queremos. Fue maravilloso y profundo pensar en ello.

A continuación, el nivel intermedio ofrece un análisis de todos los factores mentales y emociones perturbadoras, y explica cómo estas emociones causan nuestros problemas. Realmente me pareció la parte más interesante de la discusión del lam-rim: cómo surgen varios problemas y dificultades emocionales, sus causas, los factores mentales involucrados y cómo en verdad desarrollamos problemas. Esto era magnífico y mucho mejor que cualquier curso de psicología que había tomado. Realmente no entendía que, de hecho, se refería a que eso es lo que conduce el renacimiento incontrolablemente recurrente, pero lo entendí a un nivel de Dharma light, al considerar que así era como surgían en mi propia vida varios problemas psicológicos. Fue muy útil.

Después, en la presentación del lam-rim vienen los doce eslabones de surgimiento dependiente, lo cual es muy complicado. Detalla de manera muy específica cómo funciona el renacimiento, pero no terminaba de comprenderlo y traté de entenderlo más en términos de esta vida, porque en aquel entonces era complicado para mí tomar en serio las vidas futuras y el renacimiento. Simplemente no es parte de nuestra tradición cultural y ciertamente no crecí con ello. Sin embargo, tenía la mente abierta y no rechacé la idea; más o menos le di el beneficio de la duda. Si lo que seguía de ello tenía sentido y era útil, entonces quizás el renacimiento era posible y en verdad existía. Pero, honestamente, no lo sabía.

Después de esto sigue la renuncia, y la entendí como algo más que el nivel simplista de abandonarlo todo e irse a vivir a una cueva. La renuncia es la determinación de estar libres del samsara y el sufrimiento. Definitivamente estaba dispuesto a abandonar el sufrimiento y los problemas que tenía por aquel entonces porque, como cualquier persona joven, yo también tenía algunos problemas emocionales. Quería, ciertamente, liberarme de las causas de mis problemas, pero probablemente lo entendía a un nivel bastante superficial, como pensar cuán maravilloso sería si nunca más volviera a enfadarme o a ser codicioso. ¿Significaba eso que cuando tuviera mi comida favorita en la mesa, estaría dispuesto a abandonar mi deseo codicioso de comer tanto como fuera posible? Bueno, ¡ese es otro tema!

Después de la renuncia, el tema siguiente profundiza en los tres entrenamientos superiores como la forma de liberarse del samsara, lo cual tiene que ver con el entrenamiento en la disciplina ética, la concentración y la sabiduría o el darse cuenta que discrimina superiores. Lo último es la sabiduría para discriminar la realidad de la fantasía y podía relacionarme con ello sin dificultad.

Esto básicamente describe el nivel intermedio tal como yo lo entendía, a un nivel de Dharma light de querer deshacerme de mis problemas emocionales. El budismo explicaba perfectamente cómo surgieron esos problemas y me dio buenas directrices en torno a cómo superarlos.

Nivel avanzado

Con el nivel avanzado, primero aprendí cómo todos necesitamos tener ecuanimidad hacia todo el mundo, lo cual encaja muy bien con los movimientos actuales de los derechos civiles y la liberación de la mujer. Todos son iguales, así que la ecuanimidad me parecía bien. ¡Pero extender esa igualdad a los mosquitos y las cucarachas parecía un asunto totalmente diferente!

De hecho, me gusta llamar a la India “la tierra de los insectos”, y siempre bromeaba sobre anuncios de viaje a la India que dijeran: “¡si te gustan los insectos, te encantará la India!”. Como gran fan que soy de la ciencia ficción, especialmente de Star Trek, veía a esos insectos como extraterrestres de otro mundo. Si me encontrara con extraterrestres y tuvieran seis piernas y alas o lo que fuera, qué terrible sería querer aplastarlos. De esta forma, traté de hacer un poco las paces con los insectos, ¡siempre y cuando no estuvieran en mi habitación!

Si entraban en mi habitación, los llamaba “formas de vida no aceptables” y tenían que marcharse. Por aquel entonces me volví muy hábil para sacarlos, capturándolos con una taza y una hoja de papel. Incluso aprendí de mis amigos tibetanos cómo atrapar una mosca al vuelo, lo cual ellos solían hacer por diversión. Atrapaban una mosca, la sacudían y la dejaban ir, y se partían de risa mientras la mosca mareada volaba de una manera muy confusa. Yo no era tan avanzado; simplemente sacaba a la mosca.

Después de la introducción a la ecuanimidad, el lam-rim nos lleva a pensar que todo el mundo ha sido nuestra madre. Esto podría ser muy raro, pero yo tenía una relación muy buena con mi madre, así que no fue algo demasiado complicado. Continué a través de las diferentes etapas que hablan acerca del amor, la compasión y el deseo de que todos sean felices y no infelices. El amor era el tema de la época jipi, así que eso estaba bien. La idea de asumir la responsabilidad de ayudar a los demás también me pareció bien.

Aprendí que la mejor manera de asumir la responsabilidad de ayudar a los demás era convertirse en un buda, pero realmente no sabía qué significaba eso. Había una lista de cualidades que representaban “lo mejor”, así que la idea era aspirar a lo mejor. Sí, convertirse en un buda seguramente ayudaría más a la gente que marchar por los derechos civiles. Eso no significa menospreciar esas marchas ni decir que son inútiles, pero aquí tenemos una visión mucho más amplia de cómo podemos ayudar. En aquel entonces, ¡probablemente mezclaba un poco las imágenes de un buda y Supermán!

Después tenemos las enseñanzas sobre las seis perfecciones, las cuales ahora llamo “actitudes de largo alcance”, como la vía para convertirse en un buda. Todo esto tenía mucho sentido: sé generoso, actúa éticamente, sé paciente, sé perseverante; ¿quién podría criticar todo esto? Es perfecto. Las enseñanzas sobre la concentración se introducían de manera muy detallada, tan detallada que fue maravilloso. Esto me llevó a las enseñanzas sobre la vacuidad (vacío), lo cual, por supuesto, era muy difícil de entender, pero era igualmente fascinante y algo que quería explorar a más profundidad. Vi que cuanto más profundamente exploraba el vacío, más podía deshacerme de mis fantasías acerca de cómo todos existimos.

Me encantaban los votos del bodisatva porque señalaban claramente todas las cosas que era necesario evitar para no tener dificultades al relacionarse con los demás. Pensé que era maravilloso porque, de hecho, tenía verdaderas dificultades para relacionarme con los demás, así que era como un perfecto manual sobre qué evitar. Entendía la bodichita como el anhelo de convertirse en un buda para ayudar a todo el mundo, pero en aquel entonces no era nada más profundo que eso, y parecía bastante sencillo. Sobre esta base, con este tipo de entendimiento, mientras recorría el nivel avanzado del lam-rim, iba a tratar de ayudar a todo el mundo. Amaría a todo el mundo porque todos somos iguales y trataría de convertirme en lo mejor que podía llegar a ser: un buda.

Después de esto, tuve una pequeña introducción al tantra, que decía que podía llegar a conseguirlo en esta misma vida. Sentí que eso confirmaba que en verdad no necesitaba pensar demasiado en vidas futuras y cosas así, porque todo está en esta vida. Este es el Dharma light perfecto y pienso que así es como muchos de nosotros terminamos después de estudiar inicialmente el lam-rim. A menudo pensamos que estudiar algo con mucha profundidad significa aprender la lista de estas ocho cosas y esas otras diez cosas, y pensamos que, si las aprendemos, habremos realmente profundizado nuestro entendimiento. Es bueno aprender todos esos detalles, pero todavía estaremos en el nivel del Dharma light.

Las cuatro realidades de los nobles

Estuve en la India dos años estudiando el Dharma y después regresé a Norteamérica solo para entregar mi tesis doctoral. Entonces volví a la India, el cual fue mi hogar durante 27 años más; estudié más y empecé a unirlo todo en mi meditación, como mis maestros me habían aconsejado. Siempre enfatizaban que la forma en que el Buda enseñó era realmente la mejor para comunicar el dharma. ¿Cómo enseñó? El Buda enseñó las cuatro realidades de los nobles y enseñó con la estructura de las cuatro realidades de los nobles. Es mejor no ser tan arrogantes como para pensar que podemos hacerlo mejor que el Buda, así que traté de seguir el consejo y junté el lam-rim con las cuatro realidades de los nobles.

Seguramente ya conocen las cuatro realidades de los nobles, pero muy brevemente, son realidades que son vistas como verdaderas por los aryas o “los nobles”, quienes tienen una cognición no conceptual de la vacuidad. Son hechos verdaderos; sin embargo, aquellos que no han visto la realidad de forma no conceptual podrían no considerarlos como verdaderos.

La primera realidad de los nobles es que hay sufrimiento. El Buda señaló diferentes niveles de problemas que todos enfrentamos en la vida y éstos verdaderamente son sufrimientos. La gente común, sin embargo, a menudo no considera que algunos de estos niveles sean un problema, por ejemplo, nuestra felicidad ordinaria. Pero si revisamos con mayor profundidad, verdaderamente son formas de sufrimiento porque, cuando se trata de la felicidad ordinaria, nunca tenemos suficiente, nunca nos satisface y nunca dura.

En segundo lugar, el Buda señaló que la causa de nuestro sufrimiento es nuestro no darnos cuenta y la confusión acerca de la realidad, y dijo que estas son verdaderamente las causas. Es posible que no hagamos esta conexión de forma ordinaria. En la tercera realidad de los nobles, señaló que es posible tener una detención verdadera de nuestro sufrimiento, lo cual a menudo se traduce como “cesación”. Básicamente, el sufrimiento puede detenerse para siempre. Quizás no pensemos que es posible que haya una cesación verdadera de nuestro sufrimiento, pero realmente es verdadero. Por último, con la cuarta realidad de los nobles, el Buda explicó el estado mental que es el camino, mismo que, si lo seguimos y desarrollamos, verdaderamente se deshará del sufrimiento y sus causas. Realmente podrá producir una verdadera detención de todo esto. Estas son las cuatro realidades de los nobles explicadas de forma sencilla.

Los tres niveles del lam-rim auténtico en términos de las cuatro realidades de los nobles

Nivel inicial

Puede ser bastante útil examinar los tres niveles del lam-rim auténtico en términos de las cuatro realidades de los nobles. Entonces, el sufrimiento verdadero sería el sufrimiento de los peores estados de renacimiento. Hay tres tipos de sufrimiento verdadero. El primero es el sufrimiento del sufrimiento, el cual es la infelicidad general. Esta infelicidad puede acompañar cualquier cognición sensorial tal como ver, escuchar o sentir dolor; o también puede acompañar un estado mental. En el contexto del nivel inicial del lam-rim, sin embargo, este enorme y abarcador sufrimiento del sufrimiento se ejemplifica con el sufrimiento de los estados inferiores. La causa del sufrimiento de tales renacimientos es el hecho de actuar destructivamente, y su cesación verdadera sería no volver a tener peores renacimientos nunca más, sino solamente renacimientos mejores. La vía verdadera que conduce a dicha cesación es el refugio o darle una dirección segura a nuestra vida. Además, el estado mental que es el camino sería seguir las enseñanzas del Dharma y los ejemplos reales del Buda y la Sangha arya de evitar el comportamiento destructivo.

Esto integra el nivel inicial con las cuatro realidades de los nobles. Estudiamos y aprendemos que la causa verdadera de las emociones perturbadoras y la conducta destructiva compulsiva es el no darse cuenta de las leyes del karma (causa y efecto conductual) subyacente. Al entender eso, ejercitamos el autocontrol cuando tenemos ganas de actuar bajo la influencia del enojo, la codicia o lo que sea, y no lo llevamos a cabo. Por ejemplo, quizás aún me enoje con alguien, pero cerraré la boca y no gritaré ni diré algo desagradable porque entiendo que, si lo hago, solo causaré más infelicidad y problemas.

Este es un entendimiento más profundo del nivel inicial que la versión del Dharma light.

Nivel intermedio

Después tenemos el nivel intermedio, el cual está relacionado con los otros dos tipos de sufrimiento que el Buda señaló. El sufrimiento del cambio tiene que ver con nuestro tipo ordinario de felicidad que, al igual que la infelicidad, también acompaña, tanto a una percepción sensorial, como a un estado mental. Es un problema porque nunca dura y nunca nos satisface totalmente. Esa felicidad ordinaria se transforma en infelicidad y nunca sabemos cuándo va a suceder. Un ejemplo sencillo es cuando comemos nuestra comida favorita. Si esto fuera una felicidad verdadera, cuanto más comiéramos, más felices seríamos. Pero obviamente, una vez que hemos llegado a cierto punto, cuanto más comemos, más nos enfermamos y nos sentimos infelices.

Más importante es el tercer tipo de sufrimiento verdadero que se presenta en el nivel intermedio, al cual llamamos “sufrimiento que afecta que todo lo impregna”. Es una expresión un tanto extraña en español, pero se refiere a cada momento de nuestra existencia, que afecta todo lo que experimentamos y que, de hecho, produce los dos primeros tipos de sufrimiento.

Este sufrimiento que afecta que todo lo impregna en realidad apunta a los factores agregados incontrolablemente recurrentes de nuestra experiencia, nuestros cinco agregados en cada momento de nuestra experiencia. En pocas palabras, habla de nuestro cuerpo y nuestra mente, y de todos los diferentes factores mentales en constante cambio y demás aspectos que construyen cada momento de nuestra existencia. Su continuidad transcurre de un momento a otro, no solamente en esta vida, sino también a lo largo de todas las vidas. Provienen de nuestras emociones perturbadoras y del karma producido al actuar en función de ellas. Nuestra mente sigue conteniendo más emociones perturbadoras y karma, las cuales perpetúan incluso más momentos de nuestros llamados “agregados contaminados”.

Estos factores agregados (nuestro cuerpo y nuestra mente) forman la base y el contexto en el que experimentamos los dos primeros tipos de sufrimiento: la infelicidad y la felicidad ordinaria. Lo que sentimos en cada momento sufre altibajos todo el tiempo, fluctúa constantemente entre la felicidad y la infelicidad. Esto es recurrente y obviamente nunca tenemos la certeza de si vamos a ser felices o infelices en el momento siguiente. Este es el verdadero sufrimiento en el nivel intermedio.

Como ya hemos visto, la causa de este sufrimiento son las emociones perturbadoras y el karma que se produce por ellas, y a un nivel más profundo, la verdadera causa es nuestro no darnos cuenta de cómo existimos, cómo existen los demás y cómo todas las cosas existen. Esto a menudo se traduce como “ignorancia” pero no me gusta este término porque implica que en cierto sentido somos tontos. Hay dos interpretaciones de lo que significa la palabra. No nos damos cuenta, ya sea en el sentido de que simplemente no sabemos cómo existimos, o en el sentido de que lo entendemos de forma contraria, pero ciertamente no significa que seamos tontos. Es la causa verdadera de nuestro renacimiento incontrolablemente recurrente, nuestro “samsara”. Esto es precisamente lo que significa samsara. Su cesación verdadera sería la liberación, y el camino verdadero que lleva a ello serían los tres entrenamientos superiores: la disciplina ética superior, la concentración superior y el darse cuenta que discrimina superior.

Este es el nivel intermedio presentado de acuerdo con la estructura de las cuatro realidades de los nobles.

Nivel avanzado

En el nivel avanzado, el sufrimiento verdadero se refiere al renacimiento incontrolablemente recurrente, no solo de uno mismo, sino de todo el mundo. Los tres tipos de sufrimiento suceden a todo el mundo. Tendríamos que incluir aquí también nuestra incapacidad para ayudarlos a superar ese sufrimiento. Por supuesto, las causas verdaderas del sufrimiento de todos los demás son las mismas que nuestras propias causas verdaderas, tal y como se han explicado en el nivel intermedio. Cuando pensamos en nuestra incapacidad para ayudar a los demás, a un nivel podemos identificar que la causa verdadera de esa incapacidad es nuestro interés egocéntrico por nosotros mismos. Si lo analizamos con más profundidad, podríamos haber incluido ese egocentrismo en el nivel intermedio en términos de una emoción perturbadora.

Tengo que decir que es bastante difícil comprender cómo podríamos aún tener un interés egocéntrico exclusivo por nosotros mismos si nos hemos liberado totalmente de nuestras emociones perturbadoras. Si nos hemos liberado del apego hacia nosotros mismos y de la ingenuidad acerca de los demás, ¿cómo podríamos seguir siendo egocéntricos? Incluso si decimos: “estoy interesado únicamente en mí porque no creo que pueda ayudar de verdad a los demás o convertirme en un buda”, podríamos decir que es un tipo de ingenuidad. Si pensamos así, si solo nos interesa nuestra propia liberación, podríamos aducir que esta es una forma de ingenuidad sobre la naturaleza búdica.

En cualquier caso, podemos situar el interés egocéntrico como la causa verdadera, y en este punto, tenemos que incluir el hecho de que nuestra mente hace que las cosas aparezcan de formas imposibles. Nuestra mente hace que las cosas aparezcan como si estuvieran verdaderamente establecidas, verdaderamente existentes como auto-establecidas desde su propio lado, independientes de todo lo demás. Esto podría parecer terminología técnica, así que, en palabras sencillas, nuestra mente hace que las cosas aparezcan como si existieran por sí mismas, encapsuladas en plástico. Debido a esto, no podemos ver la interconexión de todo, particularmente en términos de causa y efecto. Por lo tanto, no podemos ver las causas de por qué alguien es de la forma que es ahora y por qué tiene los problemas que tiene ahora. No podemos prever todos los efectos que pueden surgir de enseñarle a una persona. Todo esto es debido a que, cuando vemos a una persona, lo que nos aparece es solo la persona delante de nuestros ojos y pensamos que eso es todo. Pensamos que existe por sí misma, independientemente de todas sus relaciones, sus causas y condiciones. Esta es la causa de nuestra incapacidad para ayudar a todas las personas.

La cesación verdadera de esto sería el estado omnisciente de un buda, porque un buda es capaz de ver la interconexión de todas las cosas y, por lo tanto, conoce cuáles son los verdaderos problemas de cada persona, qué factores han llevado a ello y cuál sería la mejor forma de ayudar. El camino verdadero que lleva a dicha cesación es el entendimiento de la vacuidad, sostenido por la fuerza, tanto de la renuncia, como de la bodichita; las necesitamos ambas. Por supuesto, para desarrollar la bodichita necesitamos desarrollar ecuanimidad, amor, compasión y las seis actitudes de largo alcance, las “seis perfecciones”, todo lo cual se encuentra en el nivel avanzado.

Convencernos de que la iluminación es posible

Podríamos pensar: “muy inteligente, ahora he combinado las cuatro realidades de los nobles con los tres niveles de motivación”. Pero, ¿hemos superado en realidad el Dharma light? Como principiantes, probablemente no, por lo menos, no a un nivel emocional. Hemos visto cómo el Dharma light puede funcionar en esta vida, pero para ser capaces de integrar los tres niveles de esquemas mentales de motivación en nuestra vida para que practiquemos de verdad el Dharma Auténtico, necesitamos regresar a nuestra definición de motivación.

Dijimos que hay dos aspectos de la motivación. Hay un objetivo, la meta que queremos alcanzar, y junto a eso está la emoción que nos lleva a alcanzar esa meta. Para aspirar a una meta, es imperativo que, si se quieren hacer las cosas de forma sincera, no solo tengamos una idea clara de lo que de verdad es y significa la meta, sino que además necesitamos estar firmemente convencidos de que es posible lograr esa meta. No deberíamos pensar que el Buda la pudo lograr, pero nosotros no podemos. Necesitamos estar convencidos de que, no solo se pudo lograr en el pasado, sino que nosotros también podemos lograrla.

Cuando estamos verdaderamente convencidos de que es posible alcanzar esta meta, entonces podemos aspirar sinceramente a ella. De otro modo, el proceso se vuelve como un juego o castillos en el aire, y no es muy estable. Nagáryuna señaló esto en su “Comentario sobre la bodichita” (sct. Bodichitta-vivarana), donde afirma que aquellos con una inteligencia aguda desarrollarán primero una bodichita más profunda, el entendimiento de la vacuidad. Después desarrollarán la bodichita relativa, en la cual aspiran a la iluminación para el beneficio de los demás. Esto es así porque cuando desarrollemos un entendimiento de la vacuidad, estaremos convencidos de que la liberación y la iluminación son posibles. En función de esto podemos desarrollar la bodichita relativa, el deseo de lograr esa liberación e iluminación para beneficiar a los demás. Este enfoque se aplica a aquellas personas con las capacidades más agudas.

Para aquellos que cuentan con una capacidad más ordinaria, el orden se invierte y primero tenemos que desarrollar la bodichita relativa, el deseo de lograr la iluminación para el beneficio de los demás. Después, gradualmente desarrollaremos la bodichita más profunda, un entendimiento de la vacuidad como forma de conseguir la liberación o la iluminación. Pero la convicción en el hecho de que la meta es alcanzable es muchísimo más poderosa que la mera presunción de que es posible lograrla porque otros lo han hecho. Sin embargo, el “Comentario sobre la bodichita de Nagáryuna, es expuesto desde el punto de vista de aquellos con una inteligencia más aguda, por eso empieza primero con la vacuidad.

Tres hechos en los que necesitamos tener convicción

Para ser verdaderamente capaces de practicar el Dharma Auténtico, necesitamos, de hecho, tener convicción en tres puntos. En el nivel inicial, necesitamos convencernos de que el renacimiento existe, lo cual significa entender que la continuidad mental que tenemos no tiene principio ni final. Con base en esta convicción, aspiramos a tener mejores renacimientos futuros. Esta continuidad mental va a seguir existiendo, estamos totalmente convencidos de ello, y ciertamente no queremos experimentar los sufrimientos de los peores estados de renacimiento ni tener bloqueos para hacer más progreso espiritual durante muchísimo tiempo.

En el nivel intermedio, primero que nada, necesitamos estar totalmente convencidos de que la liberación es posible, lo cual significa entender que puede haber una cesación verdadera del no darse cuenta, las emociones perturbadoras y el karma. Esto significa tener convicción en la tercera realidad de los nobles. Para conseguirlo, necesitamos estar convencidos de la pureza natural de nuestra continuidad mental que, por naturaleza, no está manchada por el no darse cuenta, las emociones perturbadoras y demás.

En el nivel avanzado, necesitamos estar convencidos de que la iluminación es posible. En otras palabras, que es posible deshacernos de nuestro proceso de creación de apariencias engañosas. Esta también es una mancha temporal. Crear apariencias de formas imposibles de existencia no forma parte de la naturaleza de la mente. La continuidad mental es pura o está libre de eso también.

Entusiasmarnos mediante el entendimiento de la naturaleza búdica

Para realmente internalizar e integrar los tres niveles en el ámbito del Dharma Auténtico, esto es en lo que necesitamos trabajar. Necesitamos esta convicción firme en que es posible alcanzar las tres metas del lam-rim y que nosotros podemos lograrlas. Cuando se piensa acerca de esto, hemos explicado las enseñanzas sobre la naturaleza búdica, es decir, los factores que todas las continuidades mentales contienen, que permiten la iluminación. Estos factores incluyen las cualidades positivas de la mente, nuestra fuerza y entendimientos positivos, así como la pureza natural e inmaculada de la mente.

Gampopa empieza con este tema en su texto “Ornamento de joyas de la liberación”, porque la naturaleza de buda es lo que permite todo este proceso. Señala la importancia de entender esto al principio, con el fin de realmente desarrollar a un nivel sincero los consecutivos estados mentales que son el camino. Ciertamente, entender la naturaleza búdica nos da entusiasmo; por lo tanto, necesitamos estar convencidos de ella. Esto es de lo que hablaba Nagáryuna y, notablemente, el conducto de la inspiración es, por supuesto, el gurú, nuestro maestro espiritual.

Resumen

Las enseñanzas del lam-rim nos proporcionan un mapa que nos muestra cómo llegar desde donde estamos hasta la completa iluminación, con pasos graduales. La mayoría de nosotros, incluso antes de tomar ese primer paso, empezaremos a un nivel de Dharma light, con el cual buscamos usar las enseñanzas budistas para mejorar esta vida presente.

No hay absolutamente nada de malo en ello, porque es muy natural que queramos mejorar nuestra vida. Sin embargo, no deberíamos confundir el Dharma light con el Dharma Auténtico, que, como mínimo, se refiere al bienestar de nuestras vidas futuras.

Empezando sobre esta base del Dharma Auténtico, poco a poco podemos empezar a trabajar a través de los pasos según se establecen, hasta que nos convirtamos en un buda y podamos realmente beneficiar a los demás.

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